Es imposible darte
cuenta de lo que eres capaz sin esfuerzo alguno, para saberlo hace falta primero
conocer tus gustos, tus pasiones, lo que te hace vibrar, lo que te hace amar y
después de descubrirlo: emprender el vuelo.
Aprender a volar no es
cosa fácil, requiere de muchas caídas, de lágrimas, de desilusiones, de
frenesí, de incertidumbre respecto a como estará el viento a lo alto.
Lo único que te hace
falta entender, es que eres un ente
lleno de energía, que fluyes en el todo, que ERES el todo. Y al ser parte de
ese todo, tu poder se incrementa, tu poder es infinito, por más trabajo que te
cueste creerlo.
Entendiendo esto,
empiezas a darte cuenta de que tu autopercepción como ser vulnerable y frágil
era simplemente el reflejo de tu propio miedo a SER, a aceptar la poderosa luz
que llevas por dentro.
Por eso vibra en una
secuencia que te permita conseguir tus sueños, que te permita estar en el lugar
en el que quieras estar, tener las cosas que necesites tener, sentir lo que
quieras sentir.
El vuelo apenas
comienza, por eso toma tus alas rotas y aprende a volar...
¡Gracias papá!
¡Gracias papá!