Primero que nada, ¿Qué es la
inteligencia emocional?, La Inteligencia emocional es la capacidad de reconocer
nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y
manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con
nosotros mismos.
Actualmente se vive en una sociedad altamente
competitiva, en la que cada vez se necesita de más fuerza y carácter para
sobrevivir, en la que las exigencias en los entornos laboral, académico y
social, requieren de invulnerabilidad y de una alta inteligencia emocional. Al
mismo tiempo, cada vez son más los riesgos a los que los individuos se enfrentan en esta aldea global y como principal
foco de riesgo se encuentran los niños y jóvenes. Algunos de estos riesgos son
las conductas delictivas, el fácil acceso a las drogas, la presión escolar, el
bullying, entre otros factores de igual importancia.
De igual manera el ser humano
manifiesta desequilibrios cuando no le es posible establecer o mantener ningún
tipo de relación con el ambiente o el mundo. Por ejemplo, un niño mostrará
problemas psicológicos si no puede establecer relaciones afectivas
constructivas con sus padres. El niño debe sentirse amado, pero también útil
para sus padres, como ellos lo son para él: ésta es la base de una vida
afectiva equilibrada. Así pues, para que la personalidad se desarrolle
positivamente, es importante entender que es en el entorno familiar y en la infancia
donde se forma la personalidad (patrón de sentimientos, emociones y
pensamientos ligados al comportamiento) y las actitudes que determinan el éxito
en los diferentes rubros de una persona.
El presente ensayo esta
basado en mi última investigación sobre la influencia de la comunicación entre padres e hijos en el desarrollo de la inteligencia emocional en niños de 7 años, dicha investigación es de índole cualitativo, donde por medio
entrevistas semi-estructuradas se recolectaron los siguientes datos:
Las consecuencias de una comunicación deficiente entre los
padres y los hijos en cualquiera de los 3 rubros afecta principalmente al
desarrollo de la empatía (capacidad de
entender las emociones de los demás), rubro en el que se muestra más
deficiencias, seguido por el rubro de la comprensión
emocional (comprensión de las propias emociones) en el que la mitad
muestran deficiencias y por último, el componente de la inteligencia emocional
menos afectado es el de la autorregulación
emocional.
Se puede observar claramente
que en el desarrollo de la empatía de
los niños existe una mayor relación en cuanto la comunicación entre padres e
hijos sobre el desarrollo social de los hijos, que en el del
desarrollo personal y del manejo de conflictos. Los niños que no tienen una
comunicación óptima con sus padres en el rubro del desarrollo social muestran deficiencias significativas
en su empatía y viceversa, mientras que las deficiencias de comunicación sobre
desarrollo personal y el manejo de conflictos no influyen de manera
significativa.
En cuanto al desarrollo de la comprensión emocional y el de la autorregulación emocional se
identificó que existe una fuerte influencia en los tres rubros de la
comunicación entre padres e hijos.
"La deficiencia en por lo menos un rubro de la comunicación entre padres
e hijos sí afecta directamente en el desarrollo de la inteligencia emocional de
los niños".
Uno de los factores que
debilitan la comunicación es la racionalización de los conflictos sin empatizar
con los hijos, esto fue observado en uno de los padres entrevistados, en el que
el padre justifica el bullying que sufre su hijo, mencionando que es: “parte
del día a día de los niños”, situación que en efecto se ve repercutida
negativamente en la inteligencia emocional de su hijo. de la comunicación y las
emociones “le corresponden a la madre”.
Como se mencionó anteriormente el
componente de la inteligencia emocional más afectado por una comunicación
deficiente es el de la empatía, algunas de las consecuencias principales del
débil desarrollo de este elemento son: la dificultad para hacer amigos, baja
autoestima, timidez patológica y ser víctimas de bullying.
Mientras que el desarrollo de la comprensión emocional,
además de relacionarse con la autoestima y la comprensión de las propias
emociones y por ende de sí mismo, actúa en conjunto con la autorregulación
emocional.
De acuerdo con las entrevistas, las principales
consecuencias del débil desarrollo de la autorregulación emocional, es decir
las emociones qué más trabajo requieren para ser controladas y que por ende
colaboran con el desajuste psicosocial son: la ira y la ansiedad.
Por lo tanto se llega a la
conclusión de que la comunicación abierta entre los padres y los hijos se
relaciona positivamente con la alta autoestima, con una buena autopercepción,
con el desarrollo de conductas adecuadas adaptativas y con la compresión óptima
de las emociones.
Y que la comunicación
deficiente con los progenitores, determina problemas como: el rechazo a la
autoridad escolar, violencia escolar, el desarrollo de síntomas depresivos, de
ansiedad, de estrés y la tendencia hacia el consumo de drogas es más elevada.
Sí una persona tiene control
sobre sus propias emociones y es capaz de identificar y actuar ante las
emociones de los demás, es muy probable que sea menos vulnerable ante las
exigencias de la vida social, que desarrolle una resiliencia adecuada, que
tenga mejores relaciones interpersonales
y que sus capacidades no se vean disminuidas por complejos o autolimitaciones.
Octavio Medrano Macías
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