viernes, 28 de septiembre de 2012

Lo que haces cuenta.


A los seres humanos nos cuesta trabajo querer hacer las cosas por nosotros mismos, siempre buscamos el apoyo incondicional de alguien más para poder emprender cualquier proyecto. Eso que soñaste una noche y te pareció interesante, o la buena idea que se te ocurrió en un momento de reflexión. ¡Vaya que cuesta trabajo poner las ideas en práctica! ¿Será por qué todo es más fácil con la ayuda de alguien más? A veces la motivación y el apoyo de alguien más puede hacer la diferencia. Sin embargo se nos ha olvidado que cada persona es totalmente diferente, que a todos se nos ocurren ideas distintas a cada segundo, ¿por qué no intentar hacer las cosas solo? no es tan difícil como nos lo ha planteado, aún quedan muchas personas en las que puedes confiar, pero como tú, todas están dormidas o con miedo. Eso que intencionalmente nos han inculcado con acciones que nos ha llevado al conformismo y a querer que otro lo haga.



La solución no se halla en una revolución; son las acciones más pequeñas las que cambian los problemas más grandes. Una persona tira basura porque todos los demás lo hacen, contaminamos y desperdiciamos el agua porque pensamos: "Si todos lo hacen, unos cuantos litros más no pasa nada" "Una colilla no es nada", y así pasa con todos los problemas reales de nuestro acervo social.

¿Por qué hemos caído en esto si son detalles tan insignificantes y fáciles de solucionar? Simplemente por comodidad, flojera o como le quieras llamar. El ver una basura en el suelo y recogerla para tirarla en un bote, el sonreírle a tu vecino cuando lo veas, aunque no sea la persona más agradable que conozcas. Estas pequeñas acciones crean la diferencia, solo es cuestión de querer hacerlo.


Desapégate poco a poco de lo material, veras que no es tan difícil como crees. No pasa nada si no prendes tu celular un día o si caminas dos cuadras para ir a la tienda. Aprovecha tu cuerpo, cuídalo y explota tus virtudes. Apaga la televisión un instante;  dedica el tiempo a otras actividades. Ponte a dibujar lo que te imagines, lee sobre algo que te interese, platica con personas nuevas, escúchalas, aprende y respeta su manera de ver la vida, recuerda que son mundos totalmente diferentes; y cuando sea tu momento de hablar; escúchate, te será más fácil darte cuenta si te gusta quien eres, o si es tiempo de cambiar. 

Con poner en práctica estas cosas tan sencillas, que nos encanta decir que son extremadamente complicadas, verás que tu mundo se aclarará un poco más, y te darás cuenta de que lo que haces cuenta y que tu felicidad esta de por medio. 


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